Mensaje del P. Germán
Algunos meses después de mi
llegada a los Estados Unidos, en septiembre del 2004, tuve el gusto de
encontrar al P. Paul Bernadicou en Loyola Marymount. Desde el primer día, la
acogida fraternal y la sincera amistad que Paul me ofreció me tocaron
profundamente.
Las comunidades que hablan
francés e inglés en San Sebastián
conocen muy bien al P. Paul ya que desde su regreso de Italia en el 2008 ha
estado celebrando frecuentemente la misa en inglés del sábado por la tarde y
del domingo a las 9 de la mañana, como también la misa en francés de las 10 y
media de la mañana cuando yo he estado ausente.
Ahora que el Padre se va para
San Francisco, quiero agradecerle por todo lo que trajo a la comunidad de San
Sebastián y desearle muchos éxitos en su nueva misión.
He aquí lo que el P. Paul
escribió para nuestro boletín cuando le solicité que compartiera con nosotros
su historia.
Mi
historia: P. Paul Joseph Bernadicou, s.j.
“Desde
la época en la que multitudes venían a buscar el oro de California, en el año de 1849,
numerosos inmigrantes franceses llegaron a la costa occidental de los Estados Unidos en
busca de una mejor vida. Mi papá y mi mamá llegaron por separado con sus
respectivos familiares , provenientes del mismo pueblo en los Pirineos
franceses cerca de Pau. Después, se casaron en 1926 en Nuestra Señora de las
Victorias, iglesia francesa en San Francisco. En esa época, ser francés quería
decir que tenías un restaurante o una lavandería. Mis padres pusieron la Lavandería Parisina en Stockton,
California.
Fui a la escuela primaria Santa Inés, después a la
preparatoria Santa María para continuar
luego con la universidad Santa Clara en 1950.
En el
liceo o preparatoria, sentí el llamado al sacerdocio que se confirmó en la
universidad y así fue como entré al noviciado de los jesuitas de Los Gatos
después de dos años de universidad.
Mis
estudios de jesuita en los Gatos fueron dos años de formación espiritual y dos
años más de estudio clásico de latín y griego. Luego fui al Colegio San Miguel
en Spokane, estado de Washington en
donde terminé los estudios de filosofía y obtuve, tres años más tarde, una
maestría en literatura inglesa.
Entonces
empecé el ministerio pastoral de tres
años trabajando como maestro de preparatoria
en la escuela Bellarmine en San Jose en
California.
Luego
hice cuatro años de estudios de teología en el Colegio Regis de Toronto, Canadá, al cabo de los cuales obtuve una
maestría en teología. Mi ‘tercer año’ o tercer año de noviciado antes de hacer
los votos perpetuos lo hice en Paray-le-Monial en Francia.
Terminé
mis estudios con un doctorado en Teología
Sagrada con especialización en Espiritualidad
Bíblica en la universidad Gregoriana de Roma en Italia en 1970. Esta época,
después del Concilio Vaticano II (1962-65) fue muy interesante. La Iglesia se
abre al dialogo ecuménico e interreligioso. No solamente los jesuitas se
encontraban con los dominicanos sino que también los católicos conversaban con
los protestantes, con los judíos y con las religiones asiáticas. El Papa Juan
XXIII habla de “aggiornamento”, lo que permite una actualización de la Iglesia.
Recibí
mi primera misión en 1970 como profesor de teología en la universidad jesuita
de San Francisco en donde estuve hasta el 2000. Esos fueron unos años muy
interesantes, debido a los cambios
demográficos en San Francisco; en donde pasamos de una población católica
irlandesa e italiana, a una población asiática que crece rápidamente con la
llegada masiva de personas de China, Indonesia y Filipinas que constituyen la
mayoría de los efectivos de la universidad católica USF. Esta fue una
consecuencia natural y enriquecedora del Vaticano II; en las clases
practicábamos el diálogo interreligioso.
Durante
los treinta años en la USF fui profesor, presidente del Departamento de Teología
y Rector de la Comunidad Jesuita. En el verano, dirigía un cierto
número de jesuitas que terminaban su tercer año antes de sus votos perpetuos y
definitivos en la comunidad.
En el
año 2000, nuestro provincial me envió en misión a la universidad Loyola
Marymount como rector de la comunidad jesuita,
al mismo tiempo como profesor en
el Departamento de Teología. Mi mandato
de rector terminó en el 2006 y con gusto acepté la invitación para ser capellán
de la Universidad de Gonzaga en Florencia Italia. Dos años de maravillosos helados
italianos en la “favolosa Firenze” con 120 estudiantes en el programa.
Al
regresar de Italia en el 2008 me enviaron a la casa de Oración para sacerdotes,
Cardinal Timothy Manning, como asistente del director al lado del talentoso
director, el Padre Jack Soeger. Para mí fue un gran privilegio servir a todos
esos sacerdotes diocesanos y religiosos que trabajan enormemente en ese ‘Oasis
de silencio’.
A
causa de mi edad avanzada y los problemas de salud, me parece que es tiempo de
pasar a una vida más simple en la parroquia de Santa Inés en San Francisco
cerca de la cual viven mis cinco hermanos y hermanas con sus hijos y nietos. En
el verano, cuando nos reunimos una semana en la playa somos hasta 75!
Le
doy gracias a Dios y lo bendigo por ‘mi historia’ y por todos ustedes que han
enriquecido mi vida con su generosa presencia llena de atenciones como hermanos
y hermanas en el Señor”.
Feliz semana.
P. Germán 28 de julio del 2012