Mensaje del P. Germán
Durante todo el mes de julio hay varios países
que celebran su independencia. No voy a nombrar los que conozco para no tomar
el riesgo de olvidar su país.
En todo caso, este mes de julio puede ayudarnos
a agradecer al Señor por la democracia y la libertad de expresión que existen
aquí en donde vivimos. Agradezcamos al Señor por la libertad de culto que este
país nos ofrece.
Hay todavía muchos hombres y mujeres que viven
en países en donde la democracia es todavía un sueño. Hay todavía demasiadas
dictaduras y gobernantes que no respectan la voz y la voluntad de los
ciudadanos y que no buscan el bien común sino el interés de algunos.
Todavía hay demasiadas personas que no pueden
expresar libremente su religión y que deben esconderse para orar.
Agradezcamos al Señor por la libertad y el
respeto que existen en este país en donde vivimos hoy. Oremos al Señor por
todos nuestros hermanos y hermanas que viven en condiciones inhumanas ya que la
libertad hace parte de los derechos fundamentales de todo hombre y mujer.
Si somos conscientes de la suerte que tenemos
al vivir en un país democrático, preguntémonos si sabemos apreciar esta
democracia participando en la vida pública, dando nuestra opinión sobre las
situaciones que interesan a la sociedad y ejerciendo nuestro deber de
ciudadanos cuando se trata de votar.
Todos somos responsables de nuestro mundo. La
política y la economía de nuestros países están en las manos de algunos mero
todos tenemos el deber y la obligación de informarnos, de participar y de dar
nuestra opinión para que la sociedad sea guiada y gobernada por hombres y
mujeres que busquen el bien común.
Ayudemos a los niños y a los jóvenes a
interesarse a la política, a la economía y a la vida de la sociedad.
En medio de ellos hay algunos que mañana serán
hombres y mujeres políticos o hombres y mujeres encargados de dirigir una
ciudad, un departamento o un país.
El Evangelio nos da principios y el Espíritu
Santo ilumina nuestros corazones y nos asiste con su fuerza para que sepamos
intervenir en la vida de la Iglesia y de la sociedad animados por el
mandamiento del Señor: “Ámense unos a otros, como yo los he amado”.
Demos gracias al Señor por la libertad que
tenemos, oremos al Señor por todos nuestros hermanos y hermanas que sufren a
causa de la falta de libertad y comprometámonos para que el mundo entero viva
en la libertad que Cristo nos enseñó con su ejemplo y su palabra.
Feliz semana a todos.
P. Germán, julio 9/10 del 2011