Mensaje
del P. Germán
PAZ
EN EL MUNDO
Después del ataque acontecido
en la iglesia San Esteban (St Etienne) en Rouvray, en la arquidiócesis de Rouen
en Francia, que costó la vida a tres personas: dos terroristas y al Padre
Jacques Hamel (86 años), y dejando a tres personas heridas, de las cuales una
de ellas en estado grave, pensé que debería escribir unas pocas palabras.
Estoy seguro que ustedes, como
yo, tienen muchas preguntas en su cabeza y no logran encontrar respuestas
satisfactorias.
¿Por qué tanta violencia en el
mundo? ¿Por qué no logramos vivir en paz? ¿Por qué existen en nuestro mundo
personas que no respetan la vida de los demás? ¿Por qué hay hombres y mujeres
que matan y se hacen matar, o se suicidan, sin reflexionar en el sufrimiento
que le están infligiendo a su familia, a la familia de las víctimas y a la
sociedad entera? ¿Por qué? ¿Por qué?
Estas preguntas deben ser
tratadas seriamente y debemos medir las palabras, para evitar empeorar la
situación y tratar de encontrar soluciones duraderas.
La sociedad está herida.
Nuestro mundo está sufriendo. Todos tenemos sentimientos diferentes, ante esos
acontecimientos que se han convertido en el pan de cada día. Todos esos actos
abominables, producen en nosotros un poco de miedo, de cólera, de confusión, de
rebelión, de impotencia, de tristeza, de deseos de hacer algo para que esto no
vuelva a suceder,…
Detengamos a esos sentimientos
que nos habitan. Tenemos que poner mucha atención, para no aceptar respuestas
simplistas y falsas que conduzcan por caminos de venganza, de odio o
desesperanza.
En mi familia, hemos sido
víctimas en un pasado de la violencia, que asesinó a mi hermana y a uno de mis
hermanos. Fuimos heridos profundamente, pero nunca cedimos a la tentación del
odio, de venganza, o desesperanza.
Nos quitaron dos seres
queridos, pero jamás pudieron destruir nuestra esperanza y el deseo de
continuar viviendo y trabajando por la paz y la fraternidad. Ellos buscan la
guerra, el odio, la violencia, pero no vamos a darles gusto, ofreciéndoles lo
que esperan. Hoy debemos reunirnos para construir un mundo mejor para todos.
Con los hombres y mujeres de buena voluntad, creyentes o no, debemos buscar
soluciones verdaderas, ante la amenaza que tenemos en frente.
Los creyentes debemos orar
todos los días por la paz. Con aquellos que no creen en Dios, debemos trabajar
por la justicia y por el respeto de todos. Frecuentemente, detrás de la
violencia hay sentimientos de injusticia o de humillación.
Trabajemos juntos para que la
respuesta a la violencia, no sea la venta de armas y la guerra.
Gritemos fuertemente que el
amor, el perdón, la compasión, la misericordia y la fraternidad, son armas
bastante poderosas para luchar contra la violencia y contra el terrorismo.
El mundo debe cambiar, pero no
cambiará con los tiros de un arma de fuego, sino con palabras de perdón y de
amor. Tratemos de eliminar de nuestra sociedad las palabras, las canciones, las
películas y todos los actos que hablan, o muestran escenas de violencia.
Comprometámonos en la lucha
por la paz y en la construcción de una sociedad más justa.
Todos formamos parte de una
orquesta que se llama Humanidad y la pieza musical que debemos tocar se titula
Fraternidad.
Si cada uno toca su partición
con amor, nuestro mundo será mejor para todos. Feliz semana.
P. Germán 7 de Agosto 2016