Adviento
El domingo 3 de diciembre
empieza el Tiempo de Adviento. Vamos a prepararnos para celebrar el nacimiento
de Jesús, para celebrar la Navidad y las fiestas de fin de año, hasta el
bautismo de Cristo.
El Adviento es un tiempo particular.
Desafortunadamente se ha vuelto muy comercial. Los almacenes y las
calles ya están iluminados, como si ya estuviésemos en Navidad. La música
resuena en todas partes y la luz nos deslumbra para invitarnos a comprar y a
consumir.
Pero lo esencial no sucede en la calle, sino en el corazón. La belleza
de este tiempo no se encuentra en las vitrinas, sino en el pesebre. En todas
las casas debería haber un hermoso pesebre. Que nos recuerde que durante el
Tiempo de Adviento, nos preparamos para recibir el nacimiento del Príncipe de
la Paz en nuestro corazón y en nuestras casas.
No olvidemos que el adviento es un tiempo de preparación. Debemos
empezar en el silencio de nuestro corazón y en las tinieblas de nuestra vida
para avanzar, semana a semana, hacia la alegría y la luz de la noche de
Navidad.
Con las cuatro velas de la Corona de Adviento, empezamos un camino que
nos llevará de las tinieblas hacia la
luz. Cada semana vamos a alumbrar una de las cuatro velas de la Corona de
Adviento, que nos recuerdan que la luz de Cristo vino al mundo, para destruir
todas las tinieblas que nos impiden vivir en paz.
El Tiempo de Adviento es un tiempo particular. Es un tiempo de
alegría, porque nos preparamos a recibir a Cristo, que desea nacer en nuestro
corazón y en nuestras familias.
Sin embargo, es también, un tiempo difícil para ciertas familias. Hay
familias que cargan con sufrimientos, que se acentúan en este tiempo de
Navidad.
Nuestra parroquia ha sido particularmente, afectada este año por el
fallecimiento de Tricia (la hija de Patty e Ira, de la comunidad de habla
inglés), de Juan (el hijo de Josefina y Miguel de la comunidad de habla
español), de Nicolas (el hijo de Magali y Pierre (de la comunidad de habla
francés) y de Lou (la hija de Maia y Thierry, también de la comunidad de habla
francés). Para estas familias el Tiempo de Adviento no es fácil. En medio de su
dolor, todos ellos, también se van a
preparar para celebrar la Navidad con esperanza.
Las fiestas de Navidad, para estas familias, son una nueva etapa en su
duelo.
Pienso fuertemente en estas familias y en todas las otras que no
conozco, que cargan en este Tiempo de Adviento con una cruz, una enfermedad, un
duelo o un sufrimiento.
Cada vez que iluminen una de las cuatro velas de adviento, piensen en
todas las familias que viven momentos oscuros actualmente. Que necesitan la luz
de Cristo para volver a ver la belleza de la vida.
En este Tiempo de Adviento, no
nos dejemos enceguecer por las luces de la publicidad y por el ruido de la
ciudad.
En este Tiempo de Adviento, tratemos de compartir la luz que llevamos
en nuestro corazón, con aquellos que sufren. En este tiempo de Navidad tratemos
de acompañar en silencio, a aquellos que viven el Tiempo de Adviento como una
prueba. Caminemos con ellos hacia la luz de la esperanza que saldrá del pesebre
el día de Navidad.
Que la paz que viene del pesebre, nos de la palabra o el gesto que
vamos a compartir, en este Tiempo de Adviento, con las familias que sufren
alrededor de nosotros.
Feliz semana.
Feliz comienzo del Tiempo de Adviento.
P. Germán 3 de diciembre 2017