Mensaje
del P. Germán
TIEMPO
DE ADVIENTO
Uno de los arquitectos más
conocidos del siglo pasado (Antoni Gaudì, Catalán 1852-1926) decía que toda su
obra se inspiraba en tres libros: la Biblia, la Creación y la Liturgia.
La liturgia es el medio por el
cual la humanidad dice algo espiritual, que no es capaz de decir con palabras.
La liturgia de la Iglesia
católica y de la Iglesia Ortodoxa es muy rica e importante para los creyentes.
La Iglesia nos propone tres
años litúrgicos: A, B y C.
Cada año descubrimos los
textos más importantes de la Biblia. Todos los tres años volvemos sobre los
mismos textos, para comprenderlos mejor y para profundizarlos. Cada año
litúrgico tiene tiempos diferentes: Adviento, Cuaresma, Tiempo Pascual, Tiempo
Ordinario o de la Iglesia. Las grandes
fiestas como Navidad, Domingo de Ramos, Pascua, Ascensión, Pentecostés,
Santísima Trinidad, El Cuerpo y la Sangre de Cristo, entre otras.
El año litúrgico empieza con
el Primer Domingo del Adviento y termina con la fiesta de Cristo Rey del
Universo.
El domingo 27 de noviembre 2016,
empezamos el año litúrgico A, mediante la celebración del Primer Domingo de
Adviento. El Tiempo de Adviento es un tiempo de espera, de preparación.
Durante cuatro semanas, vamos
a prepararnos para celebrar, de una manera cristiana, el Nacimiento de Jesús.
La liturgia se viste de
violeta. Tratamos de no colocar muchas flores en la iglesia (con excepción de
la fiesta de la Virgen de Guadalupe), para limpiar las iglesias de la misma
manera que limpiamos nuestro corazón para recibir al Mesías.
Ya no cantamos el Gloria
durante las misas, lo reservamos para la Nochebuena (Navidad), cuando será
cantado con mucha solemnidad. El canto de Gloria en Navidad, invita a los
cristianos a descubrir que la Gloria de Dios se manifestó, una vez más, en el
pesebre de Belén. Por medio del canto de Gloria, nos unimos a la voz de los
ángeles que se aparecieron a los pastores, para cantar con ellos el nacimiento
del Príncipe de la Paz.
Durante el adviento, la
liturgia nos invita a descubrir los textos que anuncian la venida de Dios a la
tierra y el inicio de un mundo nuevo, con la presencia de Dios hecho hombre en
medio de nosotros.
Los textos bíblicos nos
conducen, poco a poco, hacia el pesebre para descubrir el lugar en el cual, se
cumple la promesa que Dios le hizo a la humanidad.
Aprovechemos de la liturgia.
Observemos, escuchemos, contemplemos y descubramos, todo lo que la Iglesia nos
transmite por su intermedio.
Utilicemos la liturgia para
decirle a Dios y a los demás, lo que habita en nuestro corazón y no somos
capaces de decirlo con palabras.
La liturgia es la
manifestación exterior de nuestra vida interior. Vivámosla profundamente.
Feliz semana y feliz
preparación para navidad.
P. Germán 11 de diciembre 2016