Mensaje del P. Germán
LA CREMACIÓN
Un decreto de la Congregación por la Doctrina de la Fe (Santo Oficio), del 8 de mayo de 1963,
suprimió la prohibición de funerales religiosos para aquellos que habían pedido
la incineración.
El canon 1176 del Código de
Derecho Canónico recuerda que “la Iglesia aconseja vivamente que se
conserve la piadosa costumbre de sepultar el cadáver de los difuntos, sin
embargo, no prohíbe la cremación, a no ser que se haya sido elegida por razones
contrarias a la doctrina cristiana”.
Durante mucho tiempo, la Iglesia Católica se opuso a la cremación, porque
aquellos que la practicaban negaban abiertamente la resurrección de los
cuerpos.
Hoy, las mentalidades han evolucionado y la Iglesia celebra funerales
normales para las personas que han escogido la cremación.
Las personas que escogen la cremación (o la incineración) tienen razones
muy variadas, es raro encontrar alguien
que decida hacerse incinerar, tener una celebración religiosa y al mismo tiempo
negar la resurrección.
Uno de los puntos que me gusta abordad con las personas que hablan de
cremación es el destino de las cenizas.
Si creemos en la resurrección de los cuerpos, me parece que,
simbólicamente es mejor que las cenizas no sean dispersadas. Conservar “todas”
las cenizas juntas es una manera de manifestar nuestro respeto por el cuerpo de
nuestros difuntos. Así podemos evitar algunas desviaciones: “las cenizas de una
madre de familia, fueron divididas en cinco partes para que cada hijo tuviera
una parte en su casa”.
Si en el futuro uno de los hijos o nietos … desea visitar a su
madre, padre, o hermano,… difunto, podremos decirle que su
cuerpo (transformado en cenizas) se encuentra en tal lugar.
La separación es más fácil cuando sabemos que el cuerpo (o las cenizas)
de la persona amada que se fue, reposan en un lugar preciso y seguro.
Un problema resulta cuando se desea enterrar las cenizas en un jardín o
conservarlas al interior de una casa. Una empleada del aseo dejó caer una caja
que contenía cenizas y como no sabía de qué se trataba, las arrojó al servicio
higiénico. Si usted vende su casa o si la casa es destruida por un incendio o
un temblor de tierra, ¿a dónde irán las cenizas?
El único lugar seguro para colocar las cenizas de una persona difunta es
el cementerio. A ese lugar, los amigos y la familia podrán ir a visitar al
difunto y llorar o compartir con él/ella sus alegrías y sus penas.
En el cementerio estamos seguros que los cuerpos serán respetados, siempre e incluso cuando no haya nadie de la familia o de
las amistades.
Feliz semana.
P. Germán 7 septiembre del 2014