12th Sunday in Ordinary Time. The Nativity of John the Baptist B A, June 23rd – 24th, 2012

posted Jun 21, 2012, 11:55 AM by German Sanchez   [ updated Jun 25, 2012, 7:31 PM by St Sebastian Catholic Parish ]

12º Domingo del tiempo de la Iglesia 

Nacimiento de Juan el Bautista

Año Litúrgico B

Los Ángeles, el 24 de junio del 2012

1ª lectura: del libro del profeta Isaías 49,1-6

Salmo: 138(139)1-3.13-15

2ª lectura: de los Hechos de los Apóstoles 13,22-26

Evangelio: de San Lucas 1,57-66.80

 

Hoy celebramos el aniversario del nacimiento del más grande de los profetas: Juan Bautista.

El Concilio Vaticano II, en varios de sus textos, nos dice  que con el bautismo, todos los cristianos hemos sido consagrados: sacerdotes, profetas y reyes.

Así pues,  aprovechemos de la fiesta de San Juan Bautista,  para comprender lo que representa  el ser un profeta y el camino que debemos  seguir  para ser como Juan, verdaderos profetas.

Un profeta es alguien que está en comunión  y se deja conducir por el Espíritu Santo para anunciar la Palabra de Dios.

Gracias a la primera lectura y al Evangelio del día de hoy, vemos   que el Espíritu de Dios habita en  toda persona,  incluso antes de su nacimiento: “El Señor me llamó desde el vientre de mi madre: cuando aún estaba yo en el seno materno,  Él pronunció mi nombre” Is 49 1b. Y San Lucas,  nos dice que Juan  Bautista saltó de alegría en el vientre de su madre, cuando recibió la visita de María que llevaba  a Jesús en su cuerpo.

El primer paso para ser profeta, es  reconocer y  aceptar que el Espíritu de Dios nos habita y que también habita el corazón de nuestros hermanos y hermanas.

Este reconocimiento nos lleva a tener un gran respeto hacia nosotros mismos y hacia los demás.

Dios habita en mí y habita en mis hermanos y hermanas.

Como Juan, debemos saltar de alegría y vivir en paz porque  Dios está con nosotros. Nuestro Padre  está en el corazón de todo hombre y de toda mujer.

Nosotros  hemos sido bautizados  y enviados al mundo para anunciar  que Dios se encuentra  en medio de nosotros. Hemos sido enviados  al mundo con la misión de dar a conocer que todo hombre y toda mujer  deberán ser respetados, y valorizados ya que todos estamos hechos a semejanza de Dios y el Espíritu Santo habita en nosotros.

La misión de cada bautizado es de ser profeta, es decir,  dejarse guiar  por el Espíritu de Dios para de esta forma, anunciar en toda circunstancia la presencia del Padre.

El mundo necesita profetas y hoy la Iglesia nos reitera que en el momento del bautismo aceptamos la misión de anunciar la presencia y la acción de Dios en medio de nosotros. Ello a través de nuestras palabras y nuestros actos.

Dejémonos guiar  por el Espíritu de Dios y seamos verdaderos profetas en nuestras familias, en nuestro trabajo y en nuestra sociedad.

Que nuestros hermanos y hermanas al ver nuestra forma de ser y  vivir, descubran la presencia de Dios en nosotros y en ellos.

Seamos como Juan y como los otros profetas. No tengamos miedo de dejarnos guiar por Dios.

Amén

P. Germán
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