14º Domingo del tiempo de la Iglesia
Año Litúrgico B
Los Ángeles, el 8 de julio del
2012
1ª lectura: del libro del profeta Ezequiel
2,2-5
Salmo: 122(123) 1-2.2.3-4
2ª
lectura: 2ª carta de San Pablo a los Corintios 12,7-10
Evangelio: de San Marcos 6,1-6
La reflexión sobre las lecturas que acabamos de
escuchar, nos ofrece muchos elementos
que pueden ayudarnos a alimentar nuestra fe.
La 1ª lectura afirma que Dios de manera continua
nos ha enviando profetas para recordarnos su mensaje. Mensaje que ha sido
siempre el mismo ayer, hoy y mañana. Sin embargo, como nos lo dice el profeta
Ezequiel, la humanidad continuamente se ha revelado en contra de Dios y de su
mensaje. En la segunda lectura vemos que
San Pablo, humildemente no se enorgullece de sus conocimientos ni de su
inteligencia sino que reconoce que todo lo ha recibido de Cristo.
El Evangelio de San Marcos no dice que el día
del Sabbat Jesús iba a la Sinagoga. Tal hecho nos deja de manifiesto que Jesús
nos enseñó la importancia de participar
en la vida de la comunidad, y en la
oración de la Iglesia.
El Evangelio nos dice también que ante la falta
de fe y la incredulidad de la gente, a
Jesús no le fue posible
hacer milagro alguno. Con ello Jesús nos enseña claramente que
los milagros están siempre en relación
con la fe. Es decir que si no vemos
muchos milagros a nuestro alrededor es
debido a nuestra falta de fe. Estos son algunos aspectos que les sugiero para su reflexión en esta semana.
El día de hoy, quisiera también tomar algunos
instantes para hablar de un pequeño detalle del Evangelio.
San Marcos nos dice que cuando Jesús regresó a
su pueblo, estaba sorprendido de la
incredulidad de aquella gente.
Es decir que aunque los habitantes de Nazaret conocían muy bien a Jesús, tanto a sus padres
como a su familia, sabían todos que era
carpintero y muchos de ellos habían jugado y platicado con él cuando era niño. Sin embargo, Jesús nos dice sorprendido, que ellos no
tienen fe.
Entonces, si Jesús viniera esta mañana, en
medio de nosotros. ¿Nos va a felicitar por nuestra fe o se va a sorprender
por nuestra incredulidad?
En nuestra sociedad encontramos personas que conocen muy bien la historia de Jesús,
que conocen pasajes del Evangelio y de
la historia de la Iglesia, mas sin embargo no tienen fe.
Muchas personas, equivocadamente creen que tienen una fe inquebrantable, por
el hecho de saber de memoria algunas
oraciones o por conocer algunos pasajes
de la Biblia y anécdotas de la
vida de la Iglesia.
Me parece que el Evangelio el día de hoy nos
alerta sobre ese error.
Para tener la fe, es muy importante, pero
no suficiente el solo hecho de conocer a
Jesús. Debemos también seguirlo, ser sus discípulos y formar parte de su cuerpo que es la Iglesia.
Juan Pablo II nos invitaba con frecuencia a
vivir una nueva evangelización y Benedicto XVI nos invita a vivir un año de Fe
a partir del próximo 11 de octubre.
Aceptemos la invitación de estos dos últimos
papas y comprendamos que la fe en Jesús, además de un conocimiento, es sobre todo un compromiso.
Hoy estamos invitados a dar un paso
hacia adelante para pasar de un conocimiento de Jesús y de la Iglesia, a la fe en Jesús y la
pertenencia a la Iglesia.
¡No tengamos miedo! La fe nos concede la paz y
nos ayuda a vivir en la esperanza y en la alegría. Abramos nuestro corazón a la
invitación de Jesús a seguirlo y entonces podremos decir con San Pablo: ahora
me siento fuerte porque el Espíritu de Dios habita en mí.Amén
P.
Germán