1º Domingo de Cuaresma
Año Litúrgico B
Los Ángeles 25-26 de febrero
del 2012
1ª
lectura : del libro del Génesis 9,8-15
Salmo : 24 (25)4-5.6-7.8-9
2ª lectura : de la 1ª carta de St Pedro
3,18-22
Evangelio: San Marco 1,12-15
Desde el miércoles pasado empezamos el tiempo
de Cuaresma.
Cuarenta días en el desierto para responder a
la invitación del Señor: “Conviértete y cree en el Evangelio”.
Cuarenta días en el
desierto.
Los cuarenta días nos recuerdan los cuarenta años del Pueblo de
Dios en el desierto antes de llegar a la
Tierra Prometida. Tuvieron que transcurrir
cuarenta años para que el Pueblo de la Alianza comprendiera que los
caminos de Dios son amor y verdad y que el Señor es un Dios de amor y de
misericordia.
Tenemos estos cuarenta días para crecer en
nuestra fe y para descubrir o redescubrir el camino que el Señor nos propone
para salvarnos.
Caminar en el desierto es una experiencia
única. Una marcha en el desierto debe prepararse muy bien porque el desierto puede ser un lugar de
hambre, de sed, frio,
calor, y existe el riesgo de
morir.
Cuando alguien
camina en el desierto debe saber a dónde va y debe seguir estrictamente
el camino que el guía le indique, se
debe seguir a quien conoce el camino.
Caminar en el desierto es una buena imagen para
reflexionar en el tiempo de Cuaresma.
Durante cuarenta días vamos a recurrir a la oración,
al ayuno y vamos a compartir con
los demás para escuchar mejor la voz del
Señor que nos dice una vez más:
Conviértete y cree en
el Evangelio.
La meta de la Cuaresma se resume en esta frase:
Conviértete y cree en el Evangelio.
Durante
cuarenta días, la oración, el ayuno o la privación de cosas que no son
esenciales para la vida y el compartir con los demás, nos van a ayudar a
descubrir los aspectos en los cuales debemos convertirnos. Todos necesitamos
convertirnos, todos necesitamos cambiar nuestro corazón para vivir en la verdad
y para amar sin condición.
El Evangelio es nuestra guía y la ruta que el Evangelio nos propone
es un camino que nos conduce directamente
al amor, a la justicia y a la verdad. La vida y el mundo nos proponen
frecuentemente caminos disfrazados para distanciarnos del Evangelio, para engañarnos con falsos momentos de
felicidad pasajeros.
El tiempo de Cuaresma nos invita a tomar el
Evangelio como guía, como referencia y como acompañante para avanzar en la paz
y en la felicidad que Dios nos propone.
Conviértete y cree en el Evangelio, esa es la
actividad que debe guiar nuestra Cuaresma.
Dejémonos iluminar por el Espíritu Santo para
que Él nos muestre el camino de la conversión e ilumine nuestra inteligencia
para creer en el Evangelio.
Feliz preparación hacia la Pascua. P.
Germán