3º Domingo de Adviento
Año Litúrgico C
Los Ángeles, el 15 de
diciembre 2012
1ª
lectura: del libro de Sofonías 3,14-18a
Salmo : Isaías 12,2-3.4-5.6
2ª
lectura: carta de San Pablo a los Filipenses 4,4-7
Evangelio: de San Lucas 3,10-18
Estamos en el Tercer
Domingo de Adviento y en una semana vamos a celebrar la fiesta de Navidad en
familia, con los amigos y con la comunidad.
Para ayudarnos a vivir
estas fiestas de una manera cristiana y con alegría, la liturgia y la Iglesia
nos invitan a reflexionar sobre nuestro propio bautismo.
Hemos sido bautizados
en el Espíritu Santo para vivir alegres y para trabajar en la construcción de
un mundo mejor.
Vivir alegres:
San Pablo nos dice, en
la segunda lectura: “Hermanos míos:
Alégrense siempre en el Señor; se lo repito: ¡Alégrense!... No se inquieten por
nada…”
Los cristianos,
aquellos que han sido bautizados y que se dejan guiar por el Espíritu de Dios,
deben vivir alegres y deben compartir su
alegría con los demás. Debemos irradiar
alegría, porque creemos que Dios
está con nosotros. La fiesta de Navidad nos recuerda que Dios se hizo hombre
para enseñarnos a vivir alegres y con confianza.
Nuestra oración y
nuestras celebraciones deben
desbordar alegría. Cada vez que
nos reunimos, anunciamos y proclamamos que Dios habita en nuestros corazones y
en nuestras comunidades.
Hemos sido bautizados
para vivir alegres y también para
Trabajar en la construcción de un mundo mejor:
En este penúltimo domingo
antes de Navidad, es importante escuchar los consejos, que Juan el Bautista nos
da, para vivir alegres y para trabajar
por un mundo mejor.
El precursor, quien es
a su vez, primo de Jesús, vino para ayudarnos a descubrir la presencia
del Mesías en medio de nosotros. Juan Bautista,
nos muestra el camino que debemos seguir.
“Quien tenga dos túnicas, que dé una al que no tiene ninguna, y quien
tenga comida, que haga lo mismo… No extorsiones a nadie, ni denuncien a nadie
falsamente,…”
La Buena Nueva de
Navidad y la alegría, que anima a los
cristianos en esta fiesta de Navidad, son el resultado de la presencia del
Espíritu de Dios que nos estimula a compartir y a trabajar por la justicia
alrededor de nosotros.
Hemos sido bautizados
para trabajar en la construcción de un mundo mejor. La Navidad nos recuerda que el mundo mejor, debe
construirse mediante el compartir y a
través de la justicia.
¡Alegrémonos para
recibir el nacimiento de Jesús en nuestra vida!
Trabajemos en la construcción de un mundo mejor, al
compartir y practicar la justicia
alrededor de nosotros para que Navidad, sea una fiesta cristiana para todos.
Amén
P.
Germán