4º Domingo de Adviento
Año Litúrgico C
Los Ángeles, el 23 de
diciembre 2012
1ª
lectura: del libro de Miqueas 5,1-4
Salmo: 79(80) 2-3,15-16.18-19
2ª
lectura: carta a los Hebreos 10,5-10
Evangelio: de San Lucas 1,39-45
En este último domingo
antes de Navidad, la Iglesia nos invita una vez más a contemplar a María. En este mes de diciembre, pensamos
en Nuestra Señora, tanto, el día
8 con la fiesta de la Inmaculada Concepción, como el día 12, que celebramos el aniversario de las apariciones de María de
Guadalupe en México.
El pasaje de la Visitación
de María a su prima Isabel, que el
Evangelio de Lucas nos propone, es una
ocasión para contemplar dos cualidades en María, que pueden ayudarnos a
abrir nuestros corazones para celebrar Navidad con un espíritu cristiano.
María es aquella que va
hacia los demás.
María es aquella
que da
Paz al mundo.
María es aquella que va hacia los demás.
Cuando María supo que
su prima Isabel esperaba un niño, salió de su casa para ir a ponerse a su
servicio.
Cuando María ve a la
humanidad que sufre, cuando ve que los hombres y mujeres de un pueblo necesitan palabras de
amor y de compasión, María deja el cielo y viene a la tierra para estar con
nosotros. Nuestra Señora de Lourdes en Francia, Nuestra Señora de Guadalupe en
México y otras muchas apariciones en el mundo entero, son lugares a los cuales acuden miles de
hombres y mujeres que buscan la mirada y la presencia maternal de María. Nuestra Señora visita la tierra para consolar a los que
sufren.
María es aquella que da Paz
al mundo.
Yendo a visitar a su
prima Isabel, María le lleva al Príncipe de la Paz que ella tiene en su
vientre.
María tiene la misión
de transmitirnos la Paz que viene de su Hijo. Ella está en medio de la
humanidad, para amarnos y consolarnos
cada vez que los problemas y las dificultades de la vida nos perturban.
Al ejemplo de María
nuestra Madre, en estas fiestas de Navidad, y a lo largo del año, los
bautizados debemos ir hacia los demás y transmitir la paz que viene de Dios.
Preparémonos a celebrar
mañana el nacimiento de nuestro hermano Jesús, que vino del cielo para traernos
la paz.
En estas fiestas de
Navidad, María y Jesús nos invitar a salir de nuestras casas, para ir hacia
aquellos que lo necesitan y a compartir la paz que viene de Dios con todos los
que sufren.
Amén
P.
Germán